domingo, 17 de marzo de 2013

CAPITULO 5: El Guardián






Acercándose al caído Sirc…

Raid: es momento de que seas silenciado por siempre, y que mejor lugar que este. Y sacando una daga Raid se disponía a acabar con la vida de Sirc, cuando de improviso, Zeba se cruza en su camino…
Zeba: ahora que la oscuridad desapareció estoy libre para moverme, será mejor que no muevas un musculo, si es que quieres mantener tu cabeza en su lugar.
El ambiente se puso tenso de golpe, era difícil descifrar si Zeba tendría o no la velocidad suficiente para cumplir su amenaza sin ser víctima de un poderoso conjuro de Raid. Los segundos parecían horas, el sudor que descendía por sus rostros precipitaban tan frías como lluvia de invierno, hasta que a lo lejos se oyó un pájaro salir volando desde el bosque… y tal como un disparo de partida, los labios de Raid comenzaron a frasear sus conjuros y la espada de Zeba comenzaba centímetro a centímetro a acercarse al cuello de Raid, un segundo más tarde todo se transformó en silencio, y el resto de las aves salieron espantadas del lugar, como si percibieran el peligro y aura de misterio que emanaba del lugar.
Sirc: ¡Tranquilos los dos!

… Una sombra blanca controlada por Sirc había inmovilizado a Zeba y enmudecido a Raid.
Sirc: Ahora, permitiré que hables, pero mi sombra rodeará tu cuello, di una sola cosa que no responda a mis preguntas y será tu última palabra, ¿me he hecho entender?
Y con una palidez y sumisión nacidas del miedo Raid asintió no la cabeza…
Sirc: muy bien entonces ¿Por qué nos atacaste?
Raid: ustedes tienen algo que yo deseo.
Sirc: explícate.
Raid: me refiero al “Libro de Artemis”.
Sirc: continua.
Raid: llegue a Nortein con la intención de robarlo, cuando me dispuse a hacerlo alguien ya se me había adelantado, cuando mire hacia las afueras de la ciudad, los vi correr hacia el bosque.
Sirc: ¿Qué pretendes encontrar en ese libro?
Raid: Los conjuros más poderosos están allí, no solo eso, los conocimientos del gran mago Artemis fueron plasmados en sus hojas, la leyenda dice que quien posea el Libro y el Báculo de Artemis conseguirá su infinito poder.
Sirc: eres sincero, pero por desgracia para ti, nosotros no tenemos el libro, quien lo robo acaba de escapar gracias a ti. Ahora, te dejaré libre, pero si vuelves a interrumpir en nuestros asuntos no seré tan gentil.
Mientras tanto, el extraño mago de las sombras deambulaba herido por el bosque, buscando un lugar donde esconderse para poder sanar sus heridas y fue cuando salió del bosque…
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Zeba: ¿por qué lo dejaste ir tan fácilmente Sirc?
Sirc: Hay algo que me preocupa más que ese ladrón... Y es que nuestro sujeto no llegue al cementerio prohibido.
Zeba: ¿cementerio prohibido?
Sirc: Así es, durante la antigua guerra en contra de Nehant, una de las guerras más sangrientas de la historia de Guem, fue librada en las cercanías de este bosque, la ciudad de Nortein es un monumento a los grandes magos que participaron en esa batalla bajo el mando de Artemis, pero muchos de los guerreros que participaron en la guerra terminaron sucumbiendo ante el poder de Nehant, así que Artemis tubo que sellar al campeón de los Nehant a costa de su propia vida para voltear la balanza a nuestro favor. La historia cuenta que los espíritus de aquellos guerreros que cayeron vencidos siguen en el campo de batalla protegiendo los cuerpos de sus aliados y el sello que Artemis dejó a su cuidado.
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…y vio ante sus ojos el más extraño escenario que había visto, un rocoso lugar cubierto de espesa niebla, miles de esqueletos armados cubrían el lugar y nada crecía dentro ni inmediatamente fuera de él, era en sí, una tierra muerta. En busca de un lugar tranquilo y al no tener otra alternativa, entró al lugar sin percibir la densa esencia que nacía del lugar.
Zeba: por fin, salimos del bosque, pero ¿qué es esto?
Sirc, entumecido y abrumado por lo que veían sus ojos no pudo si quiera murmurar la respuesta, pero no fue 
necesario, su sola reacción le dio entender a Zeba que se encontraban frente al Cementerio Prohibido.

De pronto, un espantoso grito salió de lo profundo del cementerio, era el extraño que Sirc y Zeba perseguían, esto despertó a Sirc de su frio letargo…
Sirc: ¡maldición, debemos entrar, sígueme Zeba!
Cuando llegaron al lugar el extraño estaba tirado sobre las rocas, pero no estaba solo, frente a él, un sujeto con apariencia de ninja, con una espada en sus manos. Lo curioso de este nuevo personaje era que no era totalmente sólido, más bien, era traslucido, pero lo suficientemente real para voltear la mirada y penetrar en lo más profundo de tu mente con unas simples palabras…


“Salgan de aquí”

Por: steve_rayhard

viernes, 23 de noviembre de 2012

Yaoi/ Yuri/ Ecchi/ Re-versiones


Dibujo/ Color: Rue

Dibujo/ Color: Rue

Dibujo/ Color: Rue

Dibujo/ Color: Rue

Dibujo/ Color: Rue

Dibujo/ Color: Rue

Disño de Personajes: Rhue

Dibujo: Rue/ Color: Steve Rayhard

Dibujo/ Color: Rue

Dibujo/ Color: Rue

Diseño de Personajes: Anri

 Dibujo/ Color: Zeba

Dibujo/ Color: Zeba

Dibujo/ Color: Zeba


Dibujo/ Color: Sirc

Ilustraciones Aleatorias



Dibujo/ Color: Steve Rayhard

Dibujo/ Color: Steve Rayhard

Dibujo: Sirc / Color: Rue

Dibujo/ Color: Dasamo

Dibujo: Rue

Dibujo: Rue

Dibujo: Sirc

Dibujo/ Color: Rue


Ilustraciones de la Historia



Dibujo/ Color: Steve Rayhard

Dibujo/ Color: Steve Rayhard

 Dibujo: Rue/ Color: Steve Rayhard

Dibujo/ Color: Steve Rayhard

Dibujo/ Color: Sirc



martes, 20 de noviembre de 2012

CAPITULO 4: Las sombras de la Luz


By Steve Rayhard


Raid: Así que, es aquí donde estos forasteros se esconden… el Bosque de los Lamentos, por supuesto, ellos no comprenden la oscura magia que este bosque posee.

Mientras Raid seguía a sus próximas víctimas, ellas, a su vez, seguían a otro sospechoso personaje, este, era más oscuro que la noche misma, y corría con mas sigilo de lo que cualquier animal podría. Cada paso que este daba intranquilizaba a Sirc, pues no hacia ruido alguno, pero más preocupante aun, era que parecía ser un camino sin fin, los metros que el bosque tenía ya se habían hecho mucho más largos, es como las sombras envolvieran el lugar y los estuvieran haciendo correr en círculos, de pronto, este extraño desaparece a la vista de Sirc y Zeba como si realmente nunca hubiese existido y todo se desvaneció absorbido por la sombra que lo cubría todo y a todos

Zeba: Que rayos, aquí hay algo raro, como fue que ese imbécil desapareció.
Sirc: al parecer, nosotros fuimos los imbéciles Zeba.

“Así es, señores, acaban de entrar a un lugar en donde no encontrarán salida, las sombras los rodean y se alimentarán de sus almas”.

Zeba: Muéstrate ¿dónde estas?

“Estoy en todos lados, yo soy la sombra misma, soy la oscuridad, sus miedos más ocultos y ambiciones más egoístas”

Zeba: Ven aquí y pelea como hombre, mi espada te cortará por la mitad.

“JAJAJAJA eso quisiera verlo, que tal si hacemos el intento ahora mismo”.

Zeba: Adelante señor risa sarcástica…

Y de entre las sombras una silueta apareció a unos cuantos centímetros de Zeba, mirándolo fijamente a los ojos, Zeba en un intento desesperado da un salto hacia atrás mientras blande su espada, pero no logró cortarlo, una vez que puso sus pies en el suelo la silueta apareció a sus espaldas, y con una voz cortante y fría le susurro al oído “con esto ya has muerto 2 veces”,
Zeba intentó cortarlo mientras se daba vuelta, pero el ya no estaba allí…

“Un esfuerzo interesante, pero no puedes desacerté de tus miedos con solo una espada de madera”

Zeba: ¡De qué demonios estás hablando, esta espada está hecha de los más finos metales de los confines!

“¿Estás seguro? ¿por qué no vuelves a mirar?”

Y cuando Zeba vio su mano, sintió un frio estremecedor que recorría su cuerpo, un sudor frio que caía por su rostro y en su mano, una simple espada de madera. Sirc estaba sorprendido, había intentado usar el poder de su sombra blanca, pero no podía hacerla surgir, y sus poderes demoniacos no servían sin un objetivo al cual atacar, estaba nervioso y sin saber qué hacer, entonces, cerró los ojos y subió la cabeza, entonces, sintió una tenue luz que provenía desde el cielo, y entonces fue cuando se le ocurrió.

“Poderes demoníacos, 
escuchen mi llamado
denme las llaves del infierno
y abran la puerta de los lamentos”

Lanzando su conjuro hacia el cielo…

“JAJAJA ¿te has vuelto loco? ¿hacia adonde apuntas?”

Sirc: Mis sombras no funcionaban porque no había luz en esta oscuridad, pero ni tú, ni el poder de este bosque pueden opacar la luz de nuestra diosa, la hermosa luna y su brillante luz. Con este hechizo he roto las cadenas de la oscuridad que nos oprimían para que la luz de la luna sea libre de llegar hasta nosotros.

De pronto, las sombras que cubrían el cielo se fueron desvaneciendo mientras dejaban ver a la luna, tan brillante y majestuosa como en ninguna otra noche.

Sirc: Con esto, mis poderes se han restablecido, y tú, estás acabado.

“Una jugada impresionante, pero aun no sabes dónde estoy y tu amigo no está en condiciones de seguir la pelea, ¿qué crees lograr tu solo?”

Sirc: Creo que hay algo que aun desconoces de mi poder, y creo que tendrás que aprender a la mala.

Luego de estas palabras Sirc levanto sus manos hacia el cielo, un rayo de luz proveniente de la luna cayó sobre él, empapándolo con su manto glorioso, luego las descendió lentamente hasta la altura de sus hombros y todo el piso comenzó a cubrirse de este manto blanco, pasó a ser un catalizador entre los poderes de la luna y la tierra. Tal como una cascada el manto blanco de la luna comenzó a bañar al bosque con sus poderes hasta convertirlo prácticamente en un foco de luz blanca, de pronto, entre los árboles, una especie de serpiente blanca apareció envolviendo al oscuro ser y trayéndolo a la vista de Sirc.

Sirc: Para que la sombra exista debe primero existir la luz, la luna es el foco de luz más poderoso durante la noche, y mis sombras blancas se alimentan de su poder, eres poderoso, pero solo te vales de la oscuridad, no controlas la luz a tu favor, y eso fue lo que te derrotó.

De pronto Raid apareció de entre los arbustos atacando a Sirc con uno de sus conjuros, este cayo inconsciente, dejando libre a su presa que no dudó en huir.

Raid: No se qué pasó aquí, pero es momento de que ustedes dos, paguen por su delito.